¿El problema filosófico
del devenir?
No es necesario ser un filósofo súper
intelectual, para darse cuenta que el mundo en el que vivimos está en constante
cambio, basta detener por unos instantes la mirada en un objeto, para darse
cuenta que cambia. Ejemplo: los arboles pierden sus hojas, su color etc.
Entre los antiguos filósofos muchos
notaron esta cualidad de las cosas y se dedicaron a darle una explicación; pero
parcia haber un problema; desde antiguo se conocía que todas las cosas son
seres y se tenía la percepción de que el “ser” no cambia, si lo hiciera dejaría de ser. El ser
por lo tanto se concebía como perfectamente inmutable.
Al descubrir este aparente
problema, buscaron distintas maneras de cómo darle solución, entre los más
destacados y el primero por así decirlo en plantearse la solución fue; Heráclito:
quien afirma que todo cambia a cada instantes por la tanto nada es realmente. Al
cambiar las cosas dejan de ser lo que eran para transformarse en otras nuevas,
lo único que Heráclito considera que es; es el cambio en sí mismo por que
impera y se mantiene por sobre las cosas. Luego de Heráclito el siguiente filósofo
en plantearse dicha solución fue; Parménides: El presenta una idea una idea
totalmente opuesta a la de Heráclito. Parménides
afirma que todas las cosas son y por lo tanto el ser es rígido y no cambia, lo
que nosotros consideramos cambios, para Parménides no son más que ilusiones de
los sentidos. Realmente nada cambia todo se mantiene. Platón: intenta resolver
la discordia entre ambas ideas. A platón ambas propuestas le parecieron bien y
acuño en a cada una según su filosofía de dos mundos uno de las ideas y el
mundo físico en el que todos vivimos. En
el mundo de las ideas utilizo la solución que planteaba Parménides, donde todo
es rígido nada cambia y todo se mantiene tal cual es. Y en el mundo físico apoyo
la solución de Heráclito, donde nada es realmente sino que todo cambia. Con esto
plantón no resolvió realmente el problema sino que solo armonizo ambas ideas. Un
tiempo después sería su discípulo quien resolvería el problema definitivamente.
Aristóteles: Por así llamarlo el más exitoso y fiel discípulo de platón,
presenta para resolver ese problema una idea novedosa, noción de acto y
potencia; Aristóteles afirma que todos los seres corpóreos son seres cambiantes
y mutables, menciona también que existen 3 notabilidades para el “ser”; estas
son: ser en acto, ser en potencia y ser en devenir, los seres están en acto
cuando alcanzan una determinada perfección, están en potencia cuando están en
la capacidad de adquirir una perfección y están en devenir cuando están en el proceso
de potencia a acto, ósea en camino a la perfección. Un ejemplo de esto sería un
poco de barro, tiene la capacidad para ser un recipiente pero no lo es (Está en
potencia). El proceso en el que se mescla con el agua y se amasa seria
comparable con el ser en devenir, y el recipiente ya seco y terminado seria
comparable con el ser en acto. De esta forma Aristóteles resuelve el problema
del devenir, comprobando que somos seres imperfectos, que cambiamos para
adquirir perfección pero en el proceso no dejamos de ser.
El aparente problema del devenir
fue en realidad pensar que la mutabilidad y el ser eran incompatibles. Cabe destacar
también el hecho de que las ideas de los filósofos anteriores poseen algo de
verdad; pues todas las ideas se cumplen en Dios; pues es el ser perfecto por excelencia
y por lo mismo no cambia, nosotros seres imperfectos cambiamos en él, y,
existimos en la mente de Dios